La Noche Sobre Ruedas

Reportaje

Las noches de martes y jueves , el pavimento deja de ser partícipe de gases y ruidos, ahora sólo suenan pedalazos.

A las ocho de la noche, descolgando por la cúspide final del Sur del Valle del Aburrá, un grupo de 7 jóvenes inician el descenso desde el Municipio de la Estrella en bicicleta.

Este es apenas el inicio de una jornada deportiva, que a modo de ver de siete amigos entre 14 y 17 años, es más una diversión beneficiosa, que una rutina deportiva.

Nada más llegar al inicio de la travesía es otra travesía. Montados en dos ruedas, ya han recorrido 2 kilómetros  para llegar a lo que se denomina el inicio sur de la Ciclovía.

Don Carlos tiene ubicado su puesto de jugos desde las 7:45pm. Allí prepara todo tipo de bebidas energéticas y milagrosas; lo que sería la mezcla de ingredientes jamás imaginados para una receta, aquí no sólo se mezclan, sino que se venden por cantidades, como manjares hidratantes para los deportistas que desde las ocho de la noche, los martes y jueves, inician su arribo al último semáforo sur de la autopista que atraviesa la ciudad, todo con el fin de esperar el despeje del carril izquierdo para darle libertad al pedal.

Mono, Pupe, Gorro, Freddy, Gato, Robin y Xanan, deciden antes de iniciar la ruta, atravesar la autopista para llegar a una estación de gasolina con el fin de beber algo de agua antes de partir.

Al regresar  ya está todo listo, a las 8:30 pm son aproximadamente 150 personas las que están  divisando amontonados el carril a la distancia: si no se ven luces es la señal que indica que el último carro que desviaron antes de cerrar, ya pasó; algo así como la luz verde para todos.

Bicicletas de todas las formas, tipos y tamaños , patinetas, patines, caminando, trotando o corriendo, con mascota en mano o no, la ciclovía acaba de iniciar para los deportistas nocturnos que llegan con la intención de concluir el día liberando endorfinas.

El grupo de los siete sale despavorido, no quieren ser los últimos pero  tampoco los primeros. A un buen paso, inician un largo y recto camino que les permite descender sin mayor esfuerzo. Casi jugando dan pedalazo tras pedalazo, entablando conversaciones a lo ancho de la vía, conversando y apostando pequeñas carreras.

En menos de diez minutos ya hay deportistas ascendiendo por el carril contrario. Personas de todas las edades, solos o en grupos, van concentrados en su actividad. Muchos de estos  ciclistas, particularmente, son hombres mayores de 40 años.

Ahora Don Carlos vende bebidas a los deportistas que llegan a la mitad del recorrido, aquellos que han iniciado en Niquía, en la última estación del Metro de la ciudad y acaban de llegar a Itaguí. Quizá sea el guarapo el preferido, por natural y refrescante, pero el majestuoso  jugo de naranja con huevo crudo, Cola Granualada, miel, algo de Milo, y otras gotas de algo desconocido, sea el mejor hidratante, muy antioqueño, y  tomado como casi como un ritual, por aquellos y aquellas deportistas que las noches de martes y jueves, deciden montarse en sus bicicletas y rodar por aquel pavimento que con seguridad todos los habitantes de esta ciudad hemos transitado infinidad de veces, pero sólo en vehículos con tracción mecánica.

Mono, pupe, gorro y el resto del grupo,  han llegado a la Macarena. Este es el sitio de referencia para dar vuelta atrás y regresar al punto de inicio, ya que terminado el tiempo disponible, abrirían de nuevo los carriles al tráfico y sería peligroso dejarse alcanzar.

Aunque este problema antes no existía, pues el tiempo estipulado de 8 a 10pm que estuvo como tradición durante años, ya ha sido modificado, todo porque cualquiera que sea el asunto, tendrá sus opositores y enemigos. Ahora que le han quitado media hora y corrido el horario de 8:30  a 10, hay que jugar con los tiempos, pero lo único claro es que a la ciclovía muchos no renunciarán.

Ahora el inicio de la ciclovía es el final. El grupo de los siete beben su vaso de guarapo con limón de $700 donde Don Carlos, luego de recorrer casi 9 kilómetros. El tránsito nuevamente abre  las vías al tráfico, otra vez todo se invade de luces y humo, la noche sobre ruedas que no contaminan ha terminado, aunque para Mono,Pupe, Freddy, Robin, gorro, gato y Xanan, aún falte ascender otra vez al barrio, dos kilómetros de ascenso que prepararán para el jueves, cuando la travesía vuelva a comenzar.

Por: Roberto josé Marín B.